Don Diego López de Haro V fundó la villa de Bilbao el 15 de junio de 1300 mediante una carta fundacional que fue confirmada por el rey Fernando IV de Castilla el 4 de enero del 1301.
Una segunda fundación tuvo lugar diez años después, esta vez por iniciativa de María II Díaz de Haro, sobrina de Don Diego y nueva señora de Vizcaya, quien benefició a Bilbao al decidir que el camino que recorrian los comerciantes de Orduña a Bermeo pasara por Bilbao y no por Echeverri, convirtiendo asi a la ciudad en un importante centro urbano.
Bilbao volvió a ser nuevamente beneficiada por las autoridades cuando Juana I de Castilla aprobó, el año 1511, las ordenanzas para la constitución del consulado de Bilbao, institución que se encargaria de manejar todo lo relacionado con el comercio en la zona.
Esto permitio fortalecer el puerto local y potenciar el comercio creando, sin embargo, dos sectores antagónicos dentro de la sociedad que más de una vez terminarian luchando ferozmente para mantener sus privilegios y aumentar sus ganancias: los mercaderes y los hacendados, partes de una cada vez mas creciente burguesia conquistadora local.
En los siglos XI y XVI, Bilbao logro consolidar su posición al realizar intercambios comerciales no solo con los puertos del continente sino también con los de las nuevas colonias instaladas en la América descubierta por Colón.
Pero fue a largo del siglo XIX cuando Bilbao se convirtió en el centro económico mas importante del País Vasco gracias a la explotación de minas y la creciente industria siderúrgica, incorporando rapidamente las nuevas tecnologias para su beneficio, incluyendo el ferrocarril que llegó en 1857.
El éxito comercial trajo aparejado un crecimiento en la población que llegaba las ochenta mil personas en el año 1900 beneficiadas por la creación de nuevas plazas, paseos y hospitales además de teatros.
Durante el siglo XX se potenció el desarrollo económico gracias al auge de la industria pesada que permitió generar recursos suficientes para comenzar nuevos emprendimientos.
La crisis en el area metalúrgica de los años ochenta afecto a Bilbao quien, como tantas otras ciudades de España, debio adaptarse para poder sobrevivir a los nuevos tiempos, cambiando su perfil hacia la prestación de serviciosrelacionados con el turismo y el ocio, especialmente hosteleria y comercio.
|